Como todos sabemos, desde un punto de vista médico-biológico, la menstruación es un proceso cíclico fisiológico de las mujeres y hembras de grandes primates sexualmente maduras que ocurre con una periodicidad aproximada de veintiocho días en el cual se produce la pérdida de una pequeña cantidad de sangre proveniente del útero, como consecuencia de la descamación brusca del endometrio que, después de haber culminado la fase madurativa, sufre los efectos de una privación hormonal, lo cual disminuye el riego sanguíneo y provoca la descamación superficial de la mucosa.
Desde un punto de vista cultural, la naturaleza cíclica de la menstruación ha tenido un rol principal en el desarrollo de la medición del tiempo y en el desarrollo de las matemáticas: se han encontrado marcas lunares en fragmentos de huesos prehistóricos que indican que las mujeres empezaron a marcar sus ciclos hace mucho tiempo y de esta manera empezaron también a contabilizar el tiempo. Por ello, y gracias a la menstruación, las mujeres fueron probablemente las primeras en observar la periodicidad básica de la naturaleza, y con ello la existencia de leyes naturales cíclicas.
En muchas culturas indígenas dedicadas al culto a la Diosa, ha habido siempre un respeto inmenso por la menstruación, como parte del fenómeno de la fertilidad, característica inherente del ser femenino. La sangre menstrual se ha considerado ‘mágica’, una sustancia poderosa con cualidades curativas y capacidades transformadoras en rituales mágicos. Las mujeres que menstruaban eran consideradas como poseedoras de estados ampliados de conciencia y de sabiduría, de modo que, entre las tribus indígenas norteamericanas, se retiraban a meditar en cabañas alejadas de la comunidad mientras les duraba la menstruación. Para éstas culturas, el momento de la menstruación abría la barrera entre los dos mundos y el poder que irradiaba era tal que podía interrumpir las ceremonias de los chamanes masculinos. Por ello, aun hoy se pide a las mujeres que menstrúan que se mantengan fuera de las reservas indias si van a celebrarse rituales o ceremonias.
Con el advenimiento de la sociedad patriarcal la visión de la menstruación cambió radicalmente: se convirtió en algo tabú, algo que suscita secreto y vergüenza, el poder original de la mujer se ha tornado en algo incómodo que es necesario esconder y limpiar, algo de lo que apenas se habla en público. En vez de comprender y aceptar que la mujer necesita interiorizarse cuando menstrua, nuestra cultura masculina considera que su energía diferente es síntoma de enfermedad; no es de extrañar por tanto que tantas mujeres tengan desarreglos relacionados con la menstruación en nuestra sociedad.
Las estadísticas marcan que hasta un 52% de mujeres tiene desórdenes menstruales. Los desordenes más comunes suelen ser menstruación dolorosa, amenorrea o ausencia de menstruación, menorragia o sangrados anormales. Como todas estas condiciones están relacionadas con el equilibrio hormonal del cuerpo femenino, la medicina oficial las suele tratar con tratamientos hormonales diversos, y a veces con cirugía, como en el caso de presentarse fibromas uterinos o endometriosis. En otros casos, como los casos de amenorrea por trastornos alimentarios de la anorexia, es necesario el tratamiento siquiátrico de la mujer. A veces éstos tratamientos son eficaces pero a menudo presentan efectos secundarios graves a largo plazo.
La medicina homeopática, al ser una medicina integral, es ideal para equilibrar el cuerpo femenino, desde el sistema hormonal hasta la esfera emocional y mental, a través del propio sistema inmunológico de forma suave y sin efectos secundarios. Existen muchos remedios homeopáticos para los problemas menstruales y a continuación exponemos algunos relacionados con las hemorragias uterinas:
BELLADONA es para casos de hemorragias abundantes de sangre roja caliente, a veces con coágulos. La hemorragia empieza repentinamente y con fuerza, acompañada de dolor en el que parece que el útero va a reventar. Hay rubor en la cara; los pies y las manos están frías pero la cabeza se siente caliente.
CALCAREA CARBONICA se utiliza para casos de períodos excesivamente abundantes y largos o casos de reglas irregulares en la etapa perimenopáusica. Casos de hemorragias excesivas por la presencia de fibromas o de pólipos uterinos. Las hemorragias desembocan en agotamiento y anemia.
IPECAHUANA es para casos de hemorragias con sensación de debilidad, mareos y nauseas. Dificultad para respirar durante la hemorragia. La sangre es roja y sale a borbotones. El dolor es como calambres que se extienden desde el ombligo. La paciente se siente débil y con frio y las nauseas le pueden hacer vomitar.
PHOSPHORUS se utiliza para situaciones en las cuales la sangre es roja viva, abundante y no tiene tendencia a coagularse. Parece que la hemorragia no va a parar nunca. La paciente tiene frio pero se siente mejor bebiendo bebidas muy frías.
SECALE es para hemorragias pasivas con sangre oscura, a veces casi negra y con olor ofensivo. Puede haber coágulos oscuros. La paciente siente mucho calor y está mejor quieta. El dolor tiende a radiar hacia abajo y se sienten contracciones en el útero.
SABINA tiene hemorragias rojas con coágulos grandes y oscuros. El dolor es inaguantable: comienza en la zona baja lumbar y se extiende en círculos hacia el pubis. El deseo sexual se incrementa durante la menstruación y a veces la hemorragia se extiende hasta el próximo periodo.
Los desórdenes menstruales pueden ser un síntoma de un desequilibrio más generalizado del organismo. Por ello, lo aconsejable es consultar con un homeópata profesional que le trate constitucionalmente a fondo, de modo que su salud se armoniza y se fortalezca de forma general. Una vez armonizada tu mujer sagrada, la menstruación pasa a ser un gran aliado, no una amenaza que nos desborda.